Los engranajes del día a día, nos cargan. Pueden agarrotar a cualquiera, oxidarte. Sin embargo, esa misma rutina es la fuerza que tensa el arco de Villarta MtB. Y cuando la mano se abre -la rutina lo permite- salen lanzados hacía arriba. Da igual que sea Porrilla, el Tejar, o por Valdemoro. Domando piedras o seduciendo a las pendientes que no se dejen doblegar.
Ya asimilados por el paisaje; no se espantan las jaras a su paso, ni les extraña a los ciervos verlos transitar por sus vereas.
Lo que empezó como una iniciativa abstracta, de un grupo de amigos que se querían hacer unos maillots, y a dado unos hermosos frutos: Un grupo al que unirse, unas raíces que fijan amistad, una excusa para ir al pueblo sin miedo a aburrirte o estar solo.
Pero como sabéis los colores de Villarta MTB no se limitan a la capital. Se queda cuando se puede en torno a una ruta, y como va creciendo incluso nos representan en marchas y competiciones: de la Polar gran fondo, la Quebrantahuesos etc, a marchas más domésticas o regionales.
En cualquier caso, resalto la importancia de que son grupos abiertos, que generan ocio, raices -y salud en este caso-. Un grupo activo y que genera valor. Un ejemplo a emular.
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