viernes, 26 de mayo de 2017

El señor Cayo

Ese hombre no nos necesita, te das cuenta. ¿Con qué derecho tratamos de arrancarles para meterles donde estamos todos??
¿Que va a ocurrir, cuando en este mundo no quede un solo hombre que sepa para que sirve la flor del sauco?
  HE vuelto a visitar al señor Cayo. Me encanta Delibes y os recomiendo que os asoméis al mundo del señor Cayo.  Os daréis cuenta que el abandono del mundo rural no es algo nuevo.CAYO
  Quien no haya leído la novela de Delibes o visto la película; verá como magistralmente se utiliza a unos candidatos a diputados –como instrumento- para el viaje, y que ellos nos descubran a Cayo.
Y este nos contrasta el mundo urbano, y sus estúpidas prioridades, frente al olvido de los pueblos
El patrimonio perdido, ante el que se maravillan los visitantes. La magia de unas abejas, o la diferencia cultural que marca caracter, y con él la visión del mundo.
El señor Cayo (y su mujer, en la que veremos reflejadas a muchas de nuestras abuelas o madres) es el último habitante de su comarca. No tardará en desaparecer, y con él su sabiduría y su riqueza.

  Mientras la ciudad –el mundo moderno- se preocupa por la tontería del momento –en este caso las primeras elecciones democráticas- el mundo rural retiene el saber eterno. Cuando desaparezca, nadie nos protegerá del presente.
En las últimas paginas, Victor se lamenta: 
… es una hipótesis, una bomba que matara a todo dios menos al señor Cayo y a mí, ¿te das cuenta? Es una hipótesis absurda, ya lo sé, pero funciona, Dani. Pues bien, si eso ocurriera, yo tendría que ir corriendo a Cureña, arrodillarme ante el señor Cayo y suplicarle que me diera de comer, ¿comprendes? —casi sollozaba—: El señor Cayo podría vivir sin Víctor, pero Víctor no podría vivir sin el señor Cayo. Entonces, ¿en virtud de qué razones le pido yo el voto a un tipo así, Dani, me lo quieres decir?…
Me da pena que Villarta caiga. Pero me da miedo no ser autónomo, ver como no soy capaz de plantar mi propia comida; y me asalta el pánico al  saber que mi padre o mis abuelos eran mil veces superiores a mi (y a mis contemporáneos) mientras me amenaza el futuro.

2 comentarios:

JCMolina dijo...

Delibes y el espejo. Para mí, ha sido y sigue siendo un referente. Sus textos nos traen ese "corpus" de sabiduría, que es la Naturaleza y sus más próximos, los agricultores, ganaderos y cazadores. Ya no quedan, o quedan de aquella manera, los tres tipos.
La "arcadia perdida" o en vías de perderse, que es la vida rural y el contacto con la naturaleza. Con sus tareas, sus sinsabores, sus enseñanzas, su observación, su paciencia y su ciencia de la interpretación, morirá con esos últimos hombres del campo, no con estos que ahora vamos de turistas, de visitantes rápidos.
Con los últimos arcadianos, morirá el lenguaje y la verdadera relación de paciencia con la tierra.
Pero este problema, que ya desde los años 60, del antagonismo campo-ciudad, se formula en toda la obra de Delibes. En cualquiera de sus obras, se hace eco de esa pérdida de valores, del hombre "con prisa" moderno, que no para , ni repara en la observación y con ello se pierde un mundo que le espera paciente.

Lo dicho cualquier título de Delibes, os clavará un aguijón de reflexión de los problemas que afectan a nuestra vida en el pueblo, y en la relación con la vida moderna. Leed y juzgad.

Anónimo dijo...

¡¡Que razón hay en todo ello!!