lunes, 5 de enero de 2015

financiación regional

“en la cultura china la palabra crisis puede significar oportunidad o peligro”  ¿cuantas veces hemos oído algo similar? El peligro lo hemos visto, y muchos han caído, pero ¿y la oportunidad? ¿Hemos cambiado alguno de los desequilibrios del sistema?  En el que hoy nos atañe, la financiación regional, desde luego que no, ni se ha planteado ningún tipo de solución ni siquiera el más mínimo debate.

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enlace a    La deuda publica marca records en las comunidades

 1418412472_451435_1418413519_sumario_grandeLa división tradicional nos habla de municipios dentro de comunidades autónomas y estas dentro del estado. Estos círculos concéntricos deberían repartirse las competencias y servicios según su cercanía al ciudadano y recibir financiación según esos servicios prestados. Sin embargo sabemos que los municipios rurales son los grandes olvidados (no concentran votos ni presupuestos millonarios). Sus presupuestos vienen determinados de la asignación del estado central y solo cuenta con el IBI, licencias de obra y construcciones –tal vez a alguno le suene la burbuja inmobiliaria etc-  y del impuesto de actividades económicas.

   Pensar en Villarta: ¿actividades económicas? ¿construcciones? al final lo que se recauda es vía IBI (que no para de subir en toda España) y vemos como se recortan derechos y servicios porque tanto el estado como las comunidades –principalmente estas, y unas mucho más que otras- arrastran déficits tremendos. Es decir los pueblos pierden servicios básicos  y atractivo, lo que lleva a acentuar la despoblación rural.

1418374971_532494_1418421143_sumario_grande Así en el último año se ha perdido la mitad de la población que se suele perder en 5 años. La gente huye de los pueblos, hay una falta de expectativas y se percibe peor calidad de vida

 La deuda de las autonomias ha crecido un 60% desde 2011 a 2014; de 137.000 mills a 219.560.  Un 16 % en este año, mientras que la deuda de los ayuntamientos caía un 6,7 %

 Los ayuntamientos viendo como ellos cumplen la Ley de estabilidad presupuestaria –lo hemos visto repetidamente en los plenos publicados- y como las comunidades derrochan, incumplen y piden prestado al estado para decorar sus balances antes de las elecciones.

Un balance no es más que una foto fija en un instante del tiempo (puedes lanzar una moneda al aire y fotografiarlo en el aire, pero eso no significa que se quede en el aire indefinidamente. Igual pasa con los balances, puedes falsear una imagen durante un periodo, pero no la realidad a medio plazo). Lo que deberíamos abordar es un sistema de financiación que permita a los ayuntamientos prestar sus servicios de una forma constante, sin tener que depender de intermediarios derrochones ni agentes externos a ellos mismos.

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